El enfoque cognitivo-conductual se basa en dos principios centrales:

1. Nuestras cogniciones tienen una influencia controladora en nuestras emociones y comportamiento;
2. La forma en que actuamos o nos comportamos puede afectar profundamente nuestros patrones de pensamiento y emociones;

os elementos cognitivos de esta perspectiva fueron reconocidos por los filósofos estoicos Epíteto, Cicerón y Séneca, dos mil años antes de la TCC. Las tradiciones filosóficas orientales como el taoísmo y el budismo también consideran la cognición como una fuerza primaria para determinar el comportamiento humano.

La perturbación emocional no se crea por las situaciones, sino por las interpretaciones de esas situaciones. (Epíteto)

Dentro de una orientación cognitivo-conductual, la técnica principal de intervención aplicada es la terapia racional emocional. Esta técnica se caracteriza por su efectividad y su corta duración, aproximadamente de 3 a 6 meses de tratamiento, equivalente a 10-20 sesiones de 45 minutos. La frecuencia de las sesiones suele ser semanal o incluso quincenal. En este procedimiento, se lleva a cabo una sesión de evaluación, luego se busca el problema y se identifican las causas de lo que se mantiene y se elabora un plan de tratamiento personalizado.

La terapia racional-emotiva se basa en la idea de que tanto las emociones como los comportamientos son productos de la interpretación de la realidad del individuo, en función de sus creencias. Esta terapia tiene como objetivo ayudar al paciente a identificar sus pensamientos irracionales o disfuncionales, y reemplazarlos por otros más racionales o efectivos. Los nuevos pensamientos alternativos y más constructivos pueden ayudar a la persona a sentirse mejor para alcanzar sus metas y objetivos personales, como ser feliz, establecer relaciones con otras personas, etc.

La terapia racional-emotiva es una terapia fundada en 1955 por Albert Ellis, pionero de las terapias conductuales. Creó el modelo ABC, que sigue el esquema donde A (Evento - As) corresponde a situaciones de activación; B (cree - Bs) a las creencias del individuo; y C (Consecuencias - Cs), a las consecuencias, que pueden ser emocionales o conductuales.

Problemas a tratar

El trastorno psicológico es un trastorno psicológico que ocurre en un individuo y se asocia con angustia y disminución de la capacidad de adaptación. Es una interrupción en el funcionamiento cognitivo, emocional y conductual.

Los principales trastornos psicológicos a tratar con este modelo son: ansiedad, trastorno fóbico, trastorno de pánico, depresión, trastorno de estrés postraumático (TEPT), autocontrol y problemas de ira, trastornos alimentarios, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno bipolar, entre otros.

En este modelo de tratamiento también se incluyen problemas relacionales, terapia de pareja, disfunciones sexuales y otros problemas sexuales.