El trastorno bipolar a menudo se confunde con otros problemas de comportamiento y, a menudo, no se diagnostica correctamente. Esto puede agravar la enfermedad y, por lo tanto, dañar a la persona en su entorno de trabajo, estudios, vida personal, así como en las relaciones interpersonales. En algunos casos, el paciente puede verse involucrado en situaciones de riesgo grave, como el suicidio.

La bipolaridad puede manifestarse con mayor frecuencia en personas de entre 20 y 30 años. Sin embargo, también puede aparecer desde la infancia hasta la vejez. Algunos factores biológicos, sociales, psicológicos y genéticos pueden desencadenar la enfermedad.

Todos podemos aprender a pensar bien e interpretar la realidad de una manera racional, realista y positiva para ser más felices. Aprende a cambiar el enfoque.

El control del trastorno bipolar se realiza con estabilizadores del estado de ánimo y psicoterapia. La psicoterapia es muy importante para ayudar al paciente a lidiar con las dificultades psicológicas, prestar atención a su propio comportamiento y aprender a controlar los síntomas.